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martes, 25 de octubre de 2011

“Ejercicio de cohesión textual”

Una historia de amor animal.
Aquella radiante mañana de mayo, Marta decidió salir a pasear con su perro Trisky por el espeso bosque que rodeaba su solitaria casa.
Ella tenía quince años y su perro cinco. Marta y su perro eran inseparables y no necesitaran hablarse para saber qué estaban pensando el uno y el otro.Por consiguiente aquel día era diferente y Marta pronto sabría por qué. Cuando ellos llegaron a uno de los claros de aquel espeso bosque observó una conducta extraña en Tirski, el perro empezó a olisquear a su alrededor y a ponerse nervioso, pues Marta decidió soltar al perro para darle la posibilidad de mostrarle aquello que lo ponía tan nervioso. Y el perro comenzó a emitir unos gañidos tan lastimeros que hizo temer a su dueña, que estuviese herido en alguna de sus patas. Por último el perro tenía sanas todas sus patas. El perro empezó a correr y guió a Marta a través de los matorrales del espeso bosque. Finalmente Marta, sorprendida, pudo ver de qué se trataba. Ella vio cómo el perro se acercaba a una madriguera desde donde se escuchaban unos ansiosos lloros caninos.
¨_ “¡ mi perro ha sido papá!”- gritó Marta emocionada. Seis pequeños perros mamaban con fruición de la paciente madre, madre que con ojillos llorosos miraba fijamente a los pequeños perros ignorando al ilusionado padre
que había rastreado el olor de sus hijos hasta encontrarlos en medio de un espeso bosque.En conclusión Marta, llena de ilusión, decidió que adoptaría a los seis perritos y criaría hasta conseguir un buen hogar en el que cuidas
.en a los perros adecuadamente. Mientras no fuese tarde, tanto Marta como su Trisky disfrutarían de la felicidad que los pequeños cachorros y amantísima madre traerían a su triste y solitario hogar en medio de un denso y solitario bosque

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