
Goya va a presentarnos una merienda típica de la época en las orillas del río Manzanares.
Las figuras están captadas en todo su esplendor, con el mayor realismo posible, centrando el artista su atención en los trajes y detalles como las bandejas o las botellas.El colorido es muy vivo, abundando los colores cálidos, aplicados con una pincelada suelta. La composición está muy bien estudiada, conseguida a base de planos paralelos que se alejan en profundidad.
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